por David García Miño

The House of the Devil (Ti West, 2009)

Críticas breves | FECHA DE PUBLICACIÓN: octubre 17, 2024
Póster

Siempre hay que considerar que el cine es, en su mayoría, derivativo. Que se configura a través de retales que han existido antes, y que dará forma a futuras películas que llegarán después. The House of the Devil está hecha de nostalgia y amor por el género. Y algo más.

A Ti West lo tenemos hoy muy presente gracias a su trilogía X/Pearl/MaXXXine, pero en el 2009 ya demostraba su pasión por la estética analógica y el terror de corte ochentero. Y lo hacía con estilo, aunque puede que sus compases iniciales prometieran más sofisticación.

Una joven estudiante necesita sacarse unos dólares y acepta un trabajo como niñera. Virtud de su escritura: sus personajes no son rematadamente idiotas ni sienten un desprecio patente por su propia vida. Todo podría pasar, la identificación no es inasumible.

Aquí viven dos cines. Un terror atmosférico que se cocina desde los espacios, la exploración, las penumbras y la paranoia; y un terror salvaje y satánico en el que la sangre brota por todas partes y hay pentáculos, túnicas negras y ritos al maligno.

Su mejor tarjeta de presentación es su inteligencia. Es un filme audaz, que sabe las reglas de su juego y se permite el lujo de subvertirlas. Que Ti West ha mamado cine de terror sin medida está claro. Aquí hay Hammer y hay Amicus. Le gusta el grano y los teléfonos con cable.

Entonces, ¿dónde se lía? En el ritmo y la construcción de los eventos. Parece que los pesos de la narrativa están descompensados, y genera una expectativa tan grande mediante su pausa dramática que luego no consigue satisfacer en su parte explosiva.

Lo cierto es que, aun así, esta composición que se basa en cocer un infierno poco a poco, con verosimilitud y personajes creíbles, tiene un punto atractivo y fresco, su duende. Es un cine que si se le permite la entrada puede llegar a generar muy buenas sensaciones.

The House of the Devil es terror excéntrico, un filme ajeno a los sustos de manual y los protagonistas irracionales. También uno que se articula alrededor del fan del terror, de aquel que conoce la deriva habitual en el género y capta los meandros que propone. Tiene lo suyo.

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